martes, 20 de enero de 2015

No goodbyes, just hello.




"As I lay me down to sleep I hear her speak to me"

El pasado 1 de enero, ese total y absoluto genio contemporáneo que es Kanye West liberó el tema “Only One”. En el corte, dedicado a su familia, la madre de Kanye le habla mandándole un mensaje de amor, paz y serenidad respecto a su mujer, su hija y su mundo en general. Además, el tema marca la primera colaboración oficial de Yeezus con el célebre Paul McCartney, miembro de The Beatles y The Wings.

Esta colaboración ha despertado todo tipo de polémicas, desde la indignación general al ver cómo la juventud ignoraba quién era Macca hasta aquellos que han criticado que la aportación del beatle se limite poco más que a improvisar al teclado mientras Kanye se pierde en una espiral de emociones auto-tuneadas. Para mí, el tema es una acertada joya con más profundidad y simbolismos de los que parecen, todos ellos muy acertados.

"You´ll keep on risin´ til the sky knows your name."

Lo que de primeras más me llamó la atención fue la extrema humildad del corte. Lo normal cuando artistas contemporáneos son bendecidos con la aportación de alguna leyenda de este calibre es hacer recargadas producciones que llenen de grandeza la canción para alcanzar la altura del invitado, generalmente con resultados cuestionables. Aquí Kanye se queda a solas con Paul, sin apenas aditivos. Es más, Paul aporta un grado mayor de humildad al no cantar y centrarse en el rhodes como alfombra en la que los sentimientos de Ye viajen. Todo rezuma una naturalidad envidiable, y es gracias a que este tema surge de la tranquilidad de unas sesiones de studio en las que básicamente ambos se arrojaban ideas el uno al otro hasta dar con algo. Solo hasta aquí el tema ya es bastante significativo, pero la cosa va a más. El corte remite a composiciones y detalles de la época beatle de Paul que no considero nada casuales, y que pueden suponer un paso decisivo en la Historia de la Música.

Por ejemplo, Paul no es para nada ajeno a las temáticas desarrolladas en el corte. Él es responsable de “Let It Be”, donde el propio título son unas palabras dicha por su difunta madre a él, en sueños. También es autor de “Hey Jude”, dedicada a uno de los hijos de Lennon. Ambas se construyen con el piano de base, y ambas tienen cadencias que resuenan en “Only One”. El tema además hace un guiño puntual a “Hello Goodbye” e incluso mete la palabra “wings” al final. Probablemente no esté relacionado, pero esta misma ambigüedad recuerda a cuando Lennon evitaba usar la palabra en sus canciones para que el público no quisiera ver algún tipo de indirecta entre los ex-compañeros de grupo, así como algún otro guiño que quizá se me escape.



"I talked to God about you. He said he send you an angel. And look at all that he gave you. You asked for one and you got two."

¿Son todas estas conjeturas meras casualidades, o está Kanye intentando algún movimiento más allá del musical? Lo cierto es que es difícil no relacionar ambos actos. A nivel de números, Kanye hace ya un tiempo que superó a The Beatles. Esto es comprensible cuando uno se percata de que la cantidad de canales de difusión y venta, así como el número de medios y entidades dedicadas a la música (y a premiarla), han crecido exponencialmente de los 60 hasta ahora. Personalmente, Kanye es el único artista mainstream que ha tenido en un plazo de diez años una progresión comparable con la de los de Liverpool, tanto en crítica como en público. 

Comparten además la influencia masiva, la creación constante, la innovación como bandera, la contradicción propia de ese estatus, el caos vital como trance compositor, la superficialidad puntal, el tonteo esotérico/conspiranoico, la vanidad aparente, y así podría seguir. Todos estos elementos no solo se encuentran en ambos actos, sino que son los elementos más reconocibles del pop de entonces y del rap de ahora. Que el rap es el nuevo pop es algo obvio y que todo el mundo debería haber asumido ya. Pero esta jugada de Kanye lo lleva a un nuevo nivel.



"No, you´re not perfect but you´re not your mistakes."

Con este tema (y quizá con el resto que han grabado y están por publicarse) Kanye no sólo está demostrando fuera de toda duda que el R&B/Rap es el nuevo pop, sino que el propio Paul acepta la cesión de la corona (como, de otra manera y en otro tiempo, hizo con Michael) al ocupar en el tema el mismo papel que ocupó Billy Preston (el quinto Beatle) en muchos de los cortes más míticos de The Beatles en la última época: mantenerse al margen, en silencio, ensamblando el caos para convertirlo en orden, aportando todo su sentimiento y experiencia. En Preston, esta experiencia era el vasto tute que llevaba como teclista y compositor de soul y que frenó parcialmente la disolución del cuarteto. En Macca, simplemente todo. El rap y el pop salen por fin del armario, con las manos cogidas, hermanando así las tradiciones musicales blancas y negras.


Asistimos pues con esta canción a un paso clave en la Historia de la Música, a una nueva demostración del talento de Kanye más allá del sonido y a la constatación de que la larga experiencia y benevolente humildad de Sir Paul McCartney lo hacen merecedor de su grandeza. 

"And next time when I look in your eyes we´ll have wings and we´ll fly."