lunes, 9 de mayo de 2011

Jimmy Norman - I Don't Love You No More

JAMES BROWN - Sunny (2/3) - Live Palasport, Bologna Italy April 1971

The Conquerors - Duchess Conquer Duke

'Cotton Patch Blues' TOMMY McCLENNAN (1939) Delta Blues Guitar Legend

Los ecos del hype

Wikileaks


“Hype” es un término en inglés que, en prensa musical, se usa para referirse a los artistas que lo petan puntualmente. A los que tienen un par de sencillos circulando y partiendo las pistas, pero nadie se ha escuchado el LP. El hype es el rumor. El furor, la moda.

Veo importante comenzar puntualizando el término, porque en Murcia lo buscamos como locos, y solo recibimos un cierto reverb infame que tragamos con autoengañado placer como si fuéramos una novata actriz porno ante su primer bukkake. Pero vayamos poco a poco.


Bukkake: Metáfora


Bajo el yugo de la actual administración de la Concejalía de Cultura, toda iniciativa cultural que ha ido apareciendo ha estado basada, ESTRICTAMENTE, en su nivel de hype. Da igual si aporta algo a la comunidad. De hecho, da igual si la comunidad misma entiende algo de lo que está viendo. Lo importante es generar algo guay, algo que integre a Murcia en la atmósfera de las ciudades de cultura vanguardista. Es, por así decirlo, como si Murcia fuera al juguete de un niño que tuviera el capricho de ponerle un vestido que le queda fatal. Pero insiste e insiste.

Esto, todavía lo paso. El problema viene cuando el vestido se vuelve tan sumamente caro que hay que dejar de vestir al resto del cuerpo. Solo por el puto vestido de los cojones.


El bien común, un clásico dentro de las motivaciones absurdas en la Historia.

El hype tiene un precio, eso está claro. Murcia no va molar de la noche al día. Hace falta un sacrificio. UN SACRIFICIO HUMANO. Por eso no hay Filmoteca, porque que los guiris vengan a reírse del Manifesta no es gratis. Por eso peligran subvenciones a jóvenes talentos e instituciones decanas, porque el SOS no se hace solo. Porque el precio de la cooltura es la incultura. ¡Haaa! Y de toda esta situación, digna de meter la cara en una cueva, lo más trepidante es el mismo SOS. Yo lo llamo El Festival Soviético.

Esta foto representa con brutal certeza a lo que me refiero al llamar al festival "soviético".

El SOS es un festival pagado CON DINERO PÚBLICO, pero cuya entrada pagas. Barata, eso sí. Lo cual es estupendo para que la ciudad se llene de gente DE FUERA que va a disfrutar de los frutos de nuestro dinero. Estupendo.

El SOS es un festival que le viene muy bien a taxistas, hosteleros y a la Estrella Levante, pero no a los organizadores de eventos regionales, dado que el SOS lo monta, también, una empresa DE FUERA. Esto es necesario para ayudar a nuestro crecimiento, obviamente.

El SOS es un festival pagado por todos, pero ¿es para todos?, ¿Asume entonces nuestro poco golpeado Concejal que todos somos modernos posando en una postal? Pues, que quieres que te diga. Sí, hay mucho moderno, mucho popero, mucho flequillero y demás. Pero también hay b.boys (gente del hip-hop y la música negra), punks, rockabillys, heavys y no olvidemos al grupo aún mayor que el de los modernos, los garrulos (o pijos-garrulos, en su fase evolucionada). Y a ninguno se le cubre sus intereses e inquietudes en este festival. Podrían tocar Ice Cube, Prince, NoFX, Brian Setzer, Blind Guardian, o poner un espectáculo de moto-cross. Pero no. Tenemos a Duffy y a Vetusta Morla.

Al SOS van artistas de primera línea… ¿seguro? Es decir, no es que hayan ido malos artistas, pero ¿gente tan moderna como nos quieren hacer creer? NI DEL PALO. Y este año ha sido descarado. MGMT, en su única fecha en España… Claro, el resto del país ya NI SE ACUERDA DE ESTOS NOTAS. Suede, como ya hicieron Prodigy entre otros,  a tocarse el recopilatorio. Leyendas como Patti Smith no sustentan a un festival por su modernidad. Yann Tiersen ya estuvo en Murcia hace uno o dos años. Y del resto solo te pueden hablar los subscriptores de la Rockdelux y los consumidores de drogas sintéticas.




Todo es hype. Todo da la sensación de ser la hostia. Pero solo tenemos el eco. No estamos petando nada. Nos estamos poniendo en evidencia como ciudadanía.

Y así podría seguir, pero la idea está clara. Lo importante no es vestirse, es estar vestido. Aunque, para muchos de nosotros, el Emperador va desnudo.

Yo me quedo con lo que dicen Public Enemy.